2018
“¡¿Que quieren que hagamos qué?!”
Diciembre de 2018


“¡¿Que quieren que hagamos qué?!”

Michael Magleby

Director de desarrollo de cursos de estudio

Cuando el equipo de desarrollo de los cursos de estudio de la Iglesia pidió a algunos miembros que probasen los nuevos cursos de estudio de Ven, sígueme para 2019, escuchamos repetidamente esta pregunta, junto con comentarios como: “Al principio pensé: ¡Esto es una locura! No estaba seguro de que fuese a funcionar”. Pero esas primeras preocupaciones fueron gradualmente reemplazadas por afirmaciones tales como “Nuestro estudio de las Escrituras cambió por completo” o “¡Funciona!”.

¿Por qué las experiencias de ellos son importantes para ustedes? Porque los nuevos cursos de estudio son para usted y su familia en su hogar, y no solo para su maestro en la Iglesia.

Por sugerencia de la Primera Presidencia, el ejemplar de este mes explora los principios que hay detrás de esta nueva fase de los cursos de estudio de Ven, sígueme, la cual sigue a los cursos revisados para la juventud que se presentaron en 2013, a Enseñar a la manera del Salvador en 2016, y a los cursos para el Sacerdocio de Melquisedec y la Sociedad de Socorro que se introdujeron en 2018.

A partir de la página 20, el élder Jeffrey R. Holland, que proporcionó guía durante el proceso de desarrollo de los cursos de estudio, aporta ideas que, si se ponen en práctica, pueden transformarnos de maneras profundas y eternas. No es tan solo un curso de estudio, sino una manera de aprender diariamente el Evangelio y de vivirlo.

Al observar a profetas, videntes y reveladores dirigir el desarrollo de estos nuevos cursos de estudio centrados en el hogar y aprobados por la Iglesia, me he maravillado de cómo se ajustan al viraje de la Iglesia hacia un enfoque menos preceptivo del modo de vivir el Evangelio, al invitarnos a asumir una mayor responsabilidad en cuanto a nuestro progreso espiritual personal. Al hacerlo, estoy convencido de que recibiremos más luz y verdad, y aumentará nuestra capacidad de seguir a Jesucristo y desechar al inicuo (véase D. y C. 93:29–40), lo cual brindará paz a nuestra vida y bondad al mundo.