“Demuestra que son tus parientes”, Liahona, septiembre de 2022.
Voces de los Santos de los Últimos Días
Demuestra que son tus parientes
Pensé que el Señor estaba pidiendo lo imposible, pero estaba equivocada.
Mi vecina anciana y su hijo vivían a pocas puertas de mi familia. Se convirtió en una persona muy querida para nosotros. Después de la muerte de su hijo, enfermó y quedó confinada en cama. La cuidamos hasta que falleció, tres meses después.
Tras la muerte de ambos, quise que se efectuaran las ordenanzas del templo por esa familia. Pero debido a que no teníamos ningún parentesco, no era posible. Un día me vino a la mente un pensamiento claro: “Demuestra que son tus parientes y podrás hacer la obra del templo por ellos”1. Pensé que el Señor estaba pidiendo lo imposible, pero la palabra demuestra me seguía acudiendo a la mente.
Los parientes de mi vecina comenzaron a transferir la propiedad del apartamento, pero carecían de registros para probar su parentesco, incluso después de que hubimos buscado en los archivos del gobierno.
El Espíritu me dijo que nos faltaba algo. Con el consentimiento de aquellos parientes, busqué documentos en el apartamento. En un rincón de este, encontré algunas bolsas llenas de papeles viejos. Sentí que las bolsas eran importantes.
Busqué en dos bolsas y luego comencé a buscar en la tercera. Casi había llegado al fondo de la bolsa cuando sentí la cubierta de un cuaderno. Dentro del bolsillo de la cubierta del cuaderno, encontré cinco certificados importantes: el acta de nacimiento de mi vecina, los certificados de defunción y matrimonio de su madre, el certificado de defunción de su abuela, y el acta de sepultura de su padre.
Cuando los parientes de nuestra vecina y yo revisamos los documentos, dos palabras me llamaron la atención: “Distrito Vagaysky”, en Siberia occidental. De repente, sentí que debía mirar mi árbol genealógico. Cuando lo hice, me di cuenta de que Vagaysky aparecía en las ramas lejanas del árbol familiar de mi padre. La investigación adicional demostró que mi vecina fallecida y yo éramos parientes.
Después de todo, el Señor no me había requerido lo imposible. No puedo expresar el gozo que sentí al saber que mi vecina es parte de mi familia. Ese vínculo me permitirá asegurarme de que sus ordenanzas del templo se efectúen en el futuro.
El Señor ama a Sus hijos Él preparó el Plan de Salvación para todos, incluso para mi vecina y su hijo.