Con Su Evangelio conocí Su amor y mi valor como Su hija

Soy Ema Ceciliano Mora, nací de buenos padres. Tuve situaciones difíciles en el ambiente familiar, para estudiar y en el amor. Sin embargo, mi Padre Celestial nunca me dejó sola y preparó una vía para que disfrutara de Su amor y Su verdad.

Al salir de clases de la universidad, llegaba a la casa de mi mamá para escuchar el mensaje del Evangelio que los misioneros llevaban. Fui bautizada por mi hermano Enrique, en una quebrada en Río Quebrada de Pérez Zeledón.

Oré constantemente para recibir la confirmación de la veracidad del Evangelio. Después de derramar mi corazón a Dios, la luz de la verdad inundó mi corazón con una certeza completa de que el Evangelio, los convenios realizados y las Escrituras son verdaderos. Siempre he sentido que uno debe vivir de acuerdo con lo que sabe que es correcto y eso hice. Mi testimonio estaba a punto de cambiar mi vida. Fui llamada como maestra de Seminario para enseñar Doctrina y Convenios en Heredia.

El camino no ha sido fácil, pero al vivir el Evangelio de Jesucristo he tenido hermosas oportunidades. Conocí y sirvo a un ángel que llegó a mi hogar, una niña con necesidades especiales. Al gozar de una vida familiar basada en los principios del Evangelio, al vivir los convenios y esforzarme por ser fiel, comprendí el amor de Dios hacia mí y hacia todos Sus hijos. He podido meditar sobre todas las experiencias vividas y he aprendido a verlas desde una perspectiva diferente. Al conocer el plan de Dios, comprendí el potencial que tengo como hija Suya.

Sé que el Evangelio de Jesucristo contiene la doctrina perfecta para los hijos de Dios. Todo mi progreso lo debo a la doctrina aprendida, al plan de Salvación, a los convenios y sus promesas y a Jesucristo, con una confirmación eterna.