2023
Mi Salvador lo es todo para mí
Diciembre de 2023


“Mi Salvador lo es todo para mí”, Liahona, diciembre de 2023.

Retratos de fe

Mi Salvador lo es todo para mí

Jesucristo nos da Su evangelio de una manera sencilla. Él nos ayuda a lo largo del camino. Si lo seguimos, todo estará bien”.

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Umu Sesay

Fotografías por Leslie Nilsson

Solía ver a los misioneros de tiempo completo en Sierra Leona, pero no me acercaba a ellos porque mis creencias eran diferentes. Más adelante, cuando los conocí en una parada de autobús en Washington D. C., empezaron a hablarme acerca del Salvador y de cómo me ama. Me invitaron a la iglesia, así que fui.

Lo primero que me hizo saber que este es el lugar donde debía estar fue la bienvenida de los miembros de la Iglesia. Una mujer me abrazó tan fuerte que me dije a mí misma: “Aquí eres bienvenida. Puedes regresar”. Me dije: “De acuerdo”.

El Espíritu viene con los misioneros cuando entran en tu casa y luego lo dejan contigo. El Espíritu obra en ti y te cambia. Mi cambio vino de la veracidad de lo que los misioneros me decían y del amor que sentía.

Los misioneros me enseñaron que el Padre Celestial me ama, que soy Su hija y que Él desea que todas las familias estén juntas para siempre. Solía creer que cuando uno muere, va por caminos diferentes y todos están separados. Pero en la Iglesia, creemos que uno volverá a ver a su familia. Aquello me conmovió el corazón. Quería eso para mí y también para mi familia.

Tuve que llamar a mis tres hijos a casa y decírselo. Quería compartir el amor que Cristo me había mostrado.

“Conocí a unos misioneros aquí”, les dije. “Me enseñaron esto. Me enseñaron aquello”. Les dije que fueran a conocer la Iglesia.

Ahora todos mis hijos están en la Iglesia y han sido bautizados en Sierra Leona. Uno incluso quiere ir a la misión. Esa es la bondad de Cristo. Otros miembros de la familia también asisten a la Iglesia, pero algunos dudan. Aun así, yo sigo presentándoles a Cristo.

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Umu Sesay de pie, en la acera

Tu nueva familia

Me siento sola sin mis hijos y ellos se sienten solos sin mí, pero les dije: “Yo no estoy en Sierra Leona, pero la Iglesia sí está allí. La Iglesia es su nueva familia”. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días está creciendo allí. Cuando me enteré de que íbamos a tener un templo en Sierra Leona, me levanté y di un brinco. El templo es tan apacible. Será el edificio más hermoso de todo el país.

Desde que me uní a la Iglesia, he recibido muchas bendiciones. Puedo hacer cosas que nunca imaginé que podría hacer. Dirijo la música. Enseño a los niños en la Primaria. Los amo y ellos me aman a mí. Canto en el coro. Incluso canté en el coro durante la sesión del domingo por la mañana de la dedicación del Templo de Washington D. C. en agosto de 2022. Nunca pensé que estaría en el templo con el presidente Russell M. Nelson, cantando para él, pero sucedió. Fue una bendición maravillosa estar en la presencia del profeta.

Uno de mis pasajes de las Escrituras favoritos es 2 Nefi 28:30: “Daré a los hijos de los hombres línea por línea, precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí”. Así es como Dios me trajo: poco a poco.

No lo entiendo todo, pero aprendo todos los días. Cada día, la aplicación Biblioteca del Evangelio de la Iglesia me ofrece un pasaje de las Escrituras. Lo leo y lo medito antes de salir. Luego oro al Padre Celestial. Así es como vivo la vida, aprendiendo un poquito más todo el tiempo. Es una bendición saber cómo se supone que debemos vivir, sin importar nuestra condición, sin importar si somos ricos o pobres.

Jesús puede cambiarnos

Siendo humanos, a veces deseamos descarriarnos, pero si se lo permitimos, Jesús nos conduce de regreso a nuestro Padre Celestial. Él nos da Su evangelio de una manera sencilla. Él nos ayuda a lo largo del camino. Si lo seguimos, todo estará bien.

Jesús es maravilloso. Él lo es todo para mí. Lo amo. Me hace sentir amada y valorada como hija del Padre Celestial. Jesús puede cambiarnos cuando nos acercamos a Él: la forma de hablar, la forma de hacer las cosas, incluso nuestra cultura.

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Umu Sesay sonriendo

Los misioneros me encontraron y acepté a Jesús en mi vida. Estoy feliz de haberlo encontrado. Él me ha convertido en una nueva criatura. Las cosas viejas han pasado (véase 2 Corintios 5:17).

No sé lo que el futuro me depare. Nuestro Padre Celestial es quien lo sabe. Mi plan es obtener más educación académica y fijar metas en el Señor: ser como Él, andar como Él, hablar como Él y acercarme más a Él. Así es como Él desea que seamos.

Espero con ansias volver a reunirme con Él.