2023
El milagro del calcetín navideño verde
Diciembre de 2023


Solo para la versión digital

El milagro del calcetín navideño verde

La autora vive en California, EE. UU.

¿Cómo íbamos a encontrar un calcetín entre más de 165 carros rebosantes de productos donados?

Imagen
un calcetín navideño verde

En febrero, mientras limpiaba mi garaje, decidí donar un montón de adornos navideños porque todos mis hijos ya crecieron. Unas dos semanas después de dejarlos en una tienda de caridad, mencioné las donaciones a mi hija Kim. Ella preguntó: “Mamá, ¿todavía tienes mi calcetín navideño verde?”. Tristemente, ¡tuve que decirle que lo acababa de regalar!

Había hecho los calcetines para nuestros seis hijos pequeños con fieltro. El nombre de cada uno estaba escrito con purpurina plateada en la parte superior. Kim había insistido en que quería un calcetín navideño verde, a pesar de que todos los demás tenían uno rojo. Después de todos estos años, no me había dado cuenta de que todavía significaba mucho para ella. Me sentí mal por haber regalado su calcetín, así que decidí llamar a la tienda de caridad para ver si podía recuperarlo de alguna manera.

Tara, la encargada, preguntó si había sido puesto en un carro plateado o en uno azul. Yo no lo sabía porque un trabajador sacó las cajas y bolsas de mi maletero, y no estaba prestando atención a los carros en que las pusieron. ¡Me dijo que había un centenar de carros plateados y sesenta y ocho azules llenos hasta arriba y que no se almacenaban en ningún orden en particular! Tara dijo que en todos los años que llevaba trabajando allí, nunca había sabido de alguien que encontrara algo después de haberlo donado por error, pero que estaría feliz de ir conmigo a buscar en la sala de clasificación.

Conduje hasta la tienda con una oración constante en mi corazón para que el Padre Celestial me ayudara a encontrar el calcetín navideño verde, reconociendo que significaría mucho para mi hija. Después de todo, se nos ha mandado: “Clamad a él en vuestras casas, sí, por todos los de vuestra casa […]. Dejad que rebosen vuestros corazones, entregados continuamente en oración a él por vuestro bienestar, así como por el bienestar de los que os rodean” (Alma 34:21, 27).

Como enseñó el élder Juan A. Uceda, de los Setenta: “En el momento mismo que decimos ‘Padre Celestial’, Él oye nuestras oraciones y tiene sensibilidad para con nosotros y nuestras necesidades; y Sus ojos y Sus oídos están entonces conectados con ustedes […]. Él los verá con ojos de amor y misericordia; amor y misericordia que no podemos comprender plenamente. No obstante, el amor y la misericordia están con Él al momento en que ustedes dicen ‘Padre Celestial’”1.

Empecé a buscar entre los artículos navideños en las estanterías de la parte principal de la tienda, pero el calcetín no estaba allí. Me reuní con Tara y me acompañó a la sala de clasificación.

¡Por dónde empezar! Mientras pasábamos junto a una hilera tras otra de carros plateados más altos que nosotras, intenté echar un vistazo rápidamente al contenido de cada uno. Tara agarró un carro al azar y lo hizo rodar hacia adelante para que yo pudiera ver el costado del carro que estaba junto a ese. Levanté la vista e inmediatamente reconocí una caja de cartón con mi letra en el costado (“luces eléctricas y adaptador”). El guardia de seguridad me la alcanzó, pero adentro estaba solo la olla de hierro que había donado.

Caminé alrededor del carro hacia el otro lado. Encima de otra caja, vi el calcetín navideño de fieltro verde que se asomaba por una bolsa de plástico blanca. Para asombro de todos, ¡habíamos encontrado lo que yo estaba buscando!

Tara dijo: “¡Tienes que tomar una fotografía desde las escaleras para que Kim vea la magnitud de lo que acaba de pasar!”.

De todos los sitios donde podríamos haber buscado, fuimos directamente a donde teníamos que estar. “Suerte”, dirían algunos. No. “¿Coincidencia?”. No. ¿Evidencia de que tenemos un Padre Celestial bondadoso y amoroso que responde incluso las oraciones más triviales pero sinceras según Su sabiduría y voluntad? ¡Indudablemente! Aunque no todas las oraciones se responden inmediatamente o de la manera que nosotros esperamos, ¡ese fue un milagro para nosotras aquel día!

Ahora, cada año, cuando celebremos el nacimiento de nuestro Salvador, en la chimenea de Kim habrá un amable recordatorio del milagro del calcetín navideño verde, una evidencia del amor del Padre Celestial por Sus hijos.