2023
Cómo el Padre Celestial y Jesucristo participan en nuestra vida
Diciembre de 2023


“Cómo el Padre Celestial y Jesucristo participan en nuestra vida”, Liahona, diciembre de 2023.

Jóvenes adultos

Cómo el Padre Celestial y Jesucristo participan en nuestra vida

Prepararme para servir en una misión me dio la oportunidad de aprender más acerca de cómo Ellos se manifiestan en mi vida.

Imagen
Camino con señales de tránsito

Fondo por Alecia Schubert

Cuando era niña, tuvo un profundo impacto en mí el hecho de ver a los misioneros de tiempo completo regresar a casa en nuestra isla de Tonga y dar su testimonio. Esos momentos siempre me hacían sentir el deseo de servir en una misión. Cuando llegó el momento de comenzar a prepararme, aprendí mucho acerca de lo que nuestro Padre Celestial y el Salvador sienten en cuanto a nosotros.

Las siguientes son solo algunas verdades que he aprendido acerca de la función que Ellos tienen en nuestra vida.

1. Ellos están al tanto de nosotros

Cuando me inscribí en el curso de preparación misional, las cosas no marchaban a la perfección. Luchaba con conflictos personales y me preocupaba el que yo no marcara ninguna diferencia como misionera. Cada día sentía más ansiedad.

Luché con esos sentimientos durante un tiempo y oré para saber si en verdad estaba lo suficientemente a la altura para servir en la misión.

Un día, al leer mi correo electrónico, abrí un mensaje de VeniraCristo.org. Allí, en letras grandes y en negrita, estaban las palabras “¡Eres lo suficiente!”.

Aquellas palabras me penetraron el corazón y me sentí reconfortada. Mis oraciones habían sido contestadas. Me di cuenta de que el Padre Celestial y Jesucristo están muy al tanto de nuestras circunstancias y pueden contestar nuestras oraciones de maneras muy personales.

2. Si confiamos en Ellos, Ellos nos guiarán

Aunque quería servir en una misión, todavía me costaba tomar la decisión. Tenía muchos anhelos personales que tendrían que posponerse si prestaba servicio. Estaba empezando el primer año en la universidad, me sentía reacia a dejar importantes amistades y siempre había pensado unirme a las fuerzas armadas de Tonga. Además, hacía poco tiempo que mi hermano se había suicidado y el dolor que sentía hacía que fuera difícil seguir adelante.

A menudo me preguntaba: “¿En verdad es lo adecuado para mí servir en una misión?”.

Así que escuché la conferencia general buscando respuestas a todas mis preguntas. Durante la conferencia, el élder Dieter F. Uchtdorf declaró: “Cuando ustedes buscan la verdad sinceramente —la verdad eterna, que no cambia— las decisiones se vuelven mucho más claras”1.

Pude sentir la veracidad de esa declaración. A veces puede resultar difícil confiar en que Dios proveerá algo mejor cuando estamos tan aferrados a nuestros deseos anteriores. Sin embargo, mediante el ayuno, la oración y los mensajes de la conferencia general, aprendí de forma personal que, si confiamos en Dios, veremos a menudo que Él nos guía a oportunidades y bendiciones mayores que las que podríamos haber obtenido por nuestra cuenta (véase Hebreos 11:40).

Así como Dios proveyó para los israelitas en el desierto cuando se lamentaron de haber salido de Egipto (véase Éxodo 16:3) y así como guio a la familia de Lehi por el desierto hasta la tierra prometida (véase 1 Nefi 18), siempre podemos confiar en que Él nos guiará hasta donde necesitemos estar, si ejercemos la fe.

3. Ellos siguen obrando milagros

El hecho de saber todas las maneras asombrosas en que el Padre Celestial y Jesucristo participan en nuestra vida renueva mi esperanza de que todas las cosas son posibles mediante la fe en Jesucristo (véase Mateo 19:26). Incluso cuando luchamos con sentimientos de ineptitud, Ellos nos bendecirán con la ayuda necesaria y los milagros que necesitemos en nuestras circunstancias específicas.

A pesar de mis temores, Dios me bendijo con el milagro de la confianza para servir en una misión.

Al vivir el evangelio de Jesucristo, podemos hallar paz y milagros en nuestra vida a medida que nos esforcemos por seguirlo en la senda de los convenios. Al hacer y guardar convenios con el Padre Celestial, “estamos ligados en unión”, como ha enseñado el presidente Russell M. Nelson. Y, “[d]ebido a nuestro convenio con Dios, Él jamás cejará en Sus esfuerzos por ayudarnos, y nunca agotaremos Su misericordiosa paciencia para con nosotros. Cada uno de nosotros tiene un lugar especial en el corazón de Dios. Él tiene grandes esperanzas en cuanto a nosotros”2. Si buscamos al Padre Celestial y a Jesucristo, veremos Su milagrosa influencia en nuestra vida.

Prepararme para la misión me reveló lo mucho que nuestro Salvador y nuestro Padre Celestial aprecian nuestra disposición a sacrificarnos por Su causa. He visto la manera en que el dar de mi tiempo, mis talentos y mi corazón a Ellos ciertamente me ayuda a “mantener un ímpetu espiritual positivo”3 y a vencer al mundo4. Creo con todo el corazón que hay grandes bendiciones que nos esperan si servimos al Señor de buena gana.