“El poder de nuestro testimonio”

Compartir nuestro testimonio con otras personas, ya sean miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días o no, tiene un impacto poderoso y positivo. Al hacerlo, podemos fortalecer la fe de quienes ya son miembros y brindar a quienes no lo son la oportunidad de aprender sobre el Evangelio restaurado.

Un ejemplo conmovedor de esto es mi amigo, quien anteriormente pertenecía a una comunidad evangélica. A través de conversaciones donde compartí mi testimonio y lo que he aprendido como Santo de los Últimos Días, él pudo entender y sentir el Espíritu Santo. Este proceso lo llevó a tomar la decisión de ser bautizado en nuestra Iglesia. Esta experiencia no solo impactó su vida de manera positiva, sino que también ha sido testigo de la misma transformación en muchos de sus amigos y familiares.

En resumen, compartir nuestro testimonio puede abrir puertas y tocar corazones, guiando a las personas hacia la verdad y al Evangelio de Jesucristo. Es una forma poderosa de influir positivamente en quienes nos rodean y de ayudarlos a encontrar luz y felicidad en sus vidas.