Seminario
Lección 11: Moisés 5:1–11


Lección 11

Moisés 5:1–11

Introducción

Ésta es la primera de dos lecciones acerca de Moisés 5. Moisés 5:1–11 enseña sobre las experiencias de Adán y Eva después de la Caída. Después de ofrecer sacrificios en obediencia a los mandamientos de Dios, Adán y Eva aprendieron que podían ser redimidos y obtener las bendiciones de la vida eterna.

Sugerencias para la enseñanza

Moisés 5:1–4

Adán y Eva experimentan las consecuencias de la Caída

Pida a los alumnos que piensen en alguna ocasión en la que hayan experimentado un cambio significativo en su vida, tal como la mudanza a una casa nueva o un cambio de escuela. Pida a uno o dos alumnos que compartan brevemente la experiencia en la que pensaron.

Explique que Adán y Eva experimentaron cambios significativos después de que fueron expulsados del Jardín de Edén. Para ayudar a los alumnos a aprender acerca de esos cambios, copie el siguiente cuadro en la pizarra o prepárelo en forma de volante. Invite a los alumnos a completar las secciones “Antes de la Caída” que se encuentran en el cuadro, después de buscar información en Moisés 5:1–4. Dependiendo de las necesidades de sus alumnos, podría pedirles que realicen esta actividad individualmente o en grupos de dos, o pueden completar la actividad todos juntos.

Antes de la Caída:

Adán y Eva no tenían necesidad de esforzarse para obtener alimento.

Adán y Eva no podían tener hijos.

Adán y Eva vivían en la presencia de Dios y hablaban con Él cara a cara.

Después de la Caída:

(Moisés 5:1–4)

Después de que los alumnos hayan completado el cuadro, pídales que den un informe de lo que encontraron. Si lo desea, sugiera a los alumnos que marquen la siguiente frase en el versículo 4: “se encontraban excluidos de su presencia”.

  • ¿Cómo piensan que se sintieron Adán y Eva después de que se los excluyó de la presencia de Dios? ¿Por qué?

  • ¿Qué término utilizamos para describir la condición de estar separados de la presencia de Dios? (Muerte espiritual.)

Pida a un alumno que lea lo siguiente en voz alta, y diga a la clase que escuche para ver cuáles son las dos causas de muerte espiritual que cada uno de nosotros experimenta.

“Las Escrituras enseñan en cuanto a dos causas de la muerte espiritual: la primera es la Caída y la segunda es nuestra propia desobediencia” (Leales a la fe: Una referencia del Evangelio, 2004, pág. 121).

  • ¿De qué modo la caída de Adán y Eva nos hace experimentar la muerte espiritual? (Nacemos en un mundo caído en el que estamos separados de nuestro Padre Celestial.)

  • ¿De qué manera nuestra propia desobediencia nos hace experimentar la muerte espiritual? (Cuando pecamos nos volvemos espiritualmente impuros e indignos de estar en la presencia de nuestro Padre Celestial.)

Para ayudar a los alumnos a comprender la forma en que la muerte espiritual se relaciona con sus elecciones personales, escriba la siguiente declaración incompleta en la pizarra: Después de que peco, me siento… Luego pida a los alumnos que reflexionen sobre los sentimientos que han tenido después de haber desobedecido un mandamiento y pecado a sabiendas. No les pida que compartan sus sentimientos con la clase.

Después de que los alumnos hayan tenido tiempo suficiente para reflexionar, señale que los sentimientos tales como la culpa, la vergüenza, el pesar, el remordimiento, el vacío y la falta de la compañía del Espíritu del Señor pueden indicar que nos hemos distanciado del Padre Celestial debido a nuestra desobediencia. Por medio de esos sentimientos podemos llegar a comprender en una pequeña medida lo que significa ser excluidos de la presencia del Padre Celestial (véase D. y C. 19:20).

Moisés 5:5–8

Adán y Eva ofrecen sacrificios en obediencia a los mandamientos de Dios

Explique que el Padre Celestial ayudó a Adán y a Eva a comprender el modo en que podrían superar los efectos de la muerte espiritual y disfrutar nuevamente de Su presencia.

Pida a un alumno que lea en voz alta Moisés 5:5, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para ver lo que el Padre Celestial mandó a Adán y a Eva que hicieran después de la Caída. Pida a los alumnos que den un informe de lo que encuentren.

  • ¿Qué significa “[ofrecer] las primicias de sus rebaños”? (Sacrificar los corderos primogénitos machos sobre un altar.)

  • ¿Cómo respondió Adán a ese mandamiento?

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lamb

Muestre la lámina de un cordero o dibuje uno en la pizarra. Pida a los alumnos que piensen de qué manera el sacrificar los corderos primogénitos machos podía ayudar a Adán y a Eva a comprender el plan de redención del Padre Celestial y lo que se requeriría de ellos para poder volver a la presencia de Dios.

Pida a un alumno que lea en voz alta Moisés 5:6, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para ver que sucedió después de que Adán y Eva hubieron sido obedientes al mandamiento del Señor durante “muchos días”.

  • ¿Qué pregunta le hizo el ángel a Adán?

  • ¿Qué le dijo Adán al ángel?

  • ¿Qué principio podemos aprender de la respuesta de Adán? (Los alumnos posiblemente utilicen palabras diferentes, pero asegúrese de que reconozcan el siguiente principio: Podemos elegir obedecer los mandamientos del Señor incluso si no entendemos la razón de cada mandamiento.)

  • ¿Cómo podemos ser bendecidos cuando obedecemos los mandamientos del Señor aun cuando no entendamos plenamente la razón de cada mandamiento?

Pida a un alumno que lea en voz alta Moisés 5:7, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber lo que el ángel le enseñó a Adán acerca de los sacrificios que ofreció.

  • ¿Qué piensan que significa la palabra semejanza? (Una similitud, comparación o símbolo.)

  • De acuerdo con el versículo 7, ¿qué deseaba el Señor que Adán y Eva comprendieran por medio del sacrificio de las primicias de sus rebaños?

Remítase a la imagen del cordero y pregunte:

  • ¿De qué maneras los sacrificios que ofrecieron Adán y Eva eran semejantes al sacrificio de Jesucristo? (Al igual que Jesucristo, los corderos eran primogénitos machos y sin mancha.)

Para ayudar a los alumnos a comprender mejor por qué el Señor mandó a Adán y a Eva ofrecer sacrificios de animales, pida a un alumno que lea la siguiente declaración del profeta José Smith. Pida a la clase que escuche cuál dijo él que era el propósito del sacrificio de animales.

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Prophet Joseph Smith

“Ciertamente, verter la sangre de un animal no beneficiaría a nadie, a menos que se hiciese como imitación o símbolo o explicación de lo que se iba a ofrecer por medio del don de Dios mismo; y esto debería hacerse fijando su vista hacia adelante, con fe en el poder de ese gran Sacrificio para la remisión de los pecados…

“…concluimos que cuando el Señor se revelaba a los hombres en los días antiguos y les mandaba que le ofrecieran sacrificios, lo hacía para que mirasen con fe hacia el tiempo de Su venida, y confiasen en el poder de esa Expiación para la remisión de sus pecados” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, págs. 50–51).

  • Según esa declaración, ¿cuál era el propósito del sacrificio de animales?

Explique que después de que el ángel les enseñó a Adán y a Eva acerca de la expiación de Jesucristo, les dio mandamientos adicionales del Señor que les ayudarían a recibir las bendiciones de la Expiación.

Pida a un alumno que lea en voz alta Moisés 5:8, y pida a la clase que siga la lectura en silencio y que busque los mandamientos adicionales que se les dieron a Adán y a Eva.

  • Según el versículo 8, ¿qué se les mandó a Adán y a Eva que hicieran “para siempre jamás”?

A fin de ayudar a los alumnos a entender el mandamiento de “[invocar] a Dios en el nombre del Hijo para siempre jamás”, pida a un alumno que lea en voz alta la siguiente declaración del élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles:

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Elder Jeffrey R. Holland

“¿Por qué deben invocar a Dios? ¿Se trata de una visita social? ¿O de una conversación amistosa entre vecinos? No, es un llamado de auxilio desde el mundo solitario y lúgubre. Se trata de un llamado desde el borde de la desesperación… Es un llamado desde la prisión personal de un corazón pecaminoso; es un llamado para el perdón de los pecados” (véase “I Stand All Amazed”, Ensign, agosto de 1986, pág. 69).

Moisés 5:9–11

Adán y Eva aprenden que pueden ser redimidos y obtener las bendiciones de la vida eterna

Escriba el siguiente principio incompleto en la pizarra: Si nos arrepentimos e invocamos a Dios rogándole el perdón, entonces…

Pida a un alumno que lea en voz alta Moisés 5:9, y pida a la clase que siga la lectura en silencio y que preste atención a lo que el Señor les enseñó a Adán y a Eva por medio del Espíritu Santo.

  • De lo que han aprendido en el versículo 9, ¿cómo completarían el principio que se encuentra en la pizarra? (Después de que los alumnos respondan, complete el principio de la pizarra para que transmita la siguiente verdad: Si nos arrepentimos e invocamos a Dios rogándole el perdón, entonces podemos ser redimidos de nuestros pecados.)

  • ¿Qué significa ser redimidos de nuestros pecados? (Ser librados de las consecuencias espirituales y los castigos por nuestros pecados y ser restaurados a un estado de inocencia ante Dios.)

Si es posible, pida a un alumno que lea en voz alta Moisés 5:10 y a una alumna que lea en voz alta Moisés 5:11, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para ver la forma en que Adán y Eva reaccionaron ante la noticia de que podían ser redimidos. Puede hacer notar que la palabra transgresión en estos versículos se refiere a haber participado del fruto, lo que resultó en la caída de Adán y Eva.

  • En esos versículos, ¿qué enseñaron Adán y Eva acerca de la Caída y la Expiación? (Los alumnos posiblemente utilicen palabras diferentes, pero asegúrese de que reconozcan la siguiente doctrina: Sin la Caída y la Expiación no podíamos obtener las bendiciones de la vida eterna. Escriba esa doctrina en la pizarra.)

  • ¿Qué emoción expresaron Adán y Eva al aprender acerca de la expiación de Jesucristo?

  • ¿Por qué creen que expresaron gozo al aprender acerca de la Expiación?

Recuerde a los alumnos cuando al comienzo de la clase reflexionaron sobre los sentimientos que habían tenido después de haber desobedecido un mandamiento y pecado a sabiendas. En contraste con esos sentimientos, pida a los alumnos que escriban en el cuaderno de apuntes o en el diario de estudio de las Escrituras sus sentimientos acerca de la expiación de Jesucristo y por qué ésta es importante para ellos. Por ejemplo, los alumnos podrían completar la siguiente declaración: Por causa de la expiación de Jesucristo, puedo…

Si lo desea, invite a los alumnos que se sientan cómodos de hacerlo que compartan con la clase lo que escribieron acerca de la expiación de Jesucristo y por qué ésta es importante para ellos.

Para concluir, exprese su testimonio de la expiación de Jesucristo y sus sentimientos por el Salvador.

Comentarios e información de contexto

Moisés 5:11. “De no haber sido por nuestra transgresión”

El élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

“…la Caída formaba parte esencial del plan divino del Padre Celestial; sin ella, Adán y Eva no hubieran dado nacimiento a ningún ser mortal, y no hubiera habido ninguna familia humana que experimentara la oposición y el progreso, el albedrío moral ni el gozo de la resurrección, la redención y la vida eterna” (“La expiación de Jesucristo”, Liahona, marzo de 2008, pág. 35).

El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó por qué la acción de Adán y Eva se considera una transgresión en lugar de un pecado:

“…El presidente Joseph Fielding Smith dijo: ‘Cuando me refiero a la parte que le correspondió a Eva en la Caída, nunca la califico de pecado, ni tampoco acuso de pecado a Adán… Esta fue una transgresión de la ley, pero no un pecado… porque era algo que Adán y Eva tenían que hacer’ [Doctrina de Salvación, tomo I, pág. 109].

“Este contraste que se indica entre un pecado y una transgresión nos recuerda las claras palabras del segundo Artículo de Fe: ‘Creemos que los hombres serán castigados por sus propios pecados, y no por la transgresión de Adán’ (cursiva agregada). También se asemeja a una distinción que se hace en la ley y que nos es bien conocida: Algunos actos, como el asesinato, son delitos porque son en sí de naturaleza mala; otros, como manejar un vehículo sin licencia de conducir, son delitos sólo por estar prohibidos por la ley. De acuerdo con esas distinciones, el hecho que dio como resultado la Caída no fue un pecado —o sea, algo de naturaleza mala— sino una transgresión, algo que era malo por estar prohibido. Estas palabras no siempre se emplean para denotar algo diferente, pero esta diferencia parecería propia si la aplicamos a las circunstancias de la Caída.

“La revelación de nuestros días indica que nuestros primeros padres entendían la necesidad de la Caída. Adán dijo: ‘…Bendito sea el nombre de Dios, pues a causa de mi transgresión se han abierto mis ojos, y tendré gozo en esta vida, y en la carne de nuevo veré a Dios’ (Moisés 5:10).

“Notemos la perspectiva diferente y la gran sabiduría que tuvo Eva, que dio énfasis al propósito y al efecto del gran plan de felicidad, diciendo: ‘…De no haber sido por nuestra transgresión, nunca habríamos tenido posteridad, ni hubiéramos conocido jamas el bien y el mal, ni el gozo de nuestra redención, ni la vida eterna que Dios concede a todos los que son obedientes’ (Moisés 5:11)” (“El gran plan de salvación”, Liahona, enero de 1994, págs. 85–86).

Con respecto a las diferentes perspectivas que tuvieron Adán y Eva de su transgresión, el élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó:

“Mas tarde, ‘Adán bendijo a Dios… y empezó a profetizar concerniente a todas las familias de la tierra, diciendo: Bendito sea el nombre de Dios, pues a causa de mi transgresión se han abierto mis ojos, y tendré gozo en esta vida, y en la carne de nuevo veré a Dios’ [Moisés 5:10; cursiva agregada]. Es obvio que pensaba en sus deberes y que trataba de hacer la voluntad del Señor. Eva dijo: ‘De no haber sido por nuestra transgresión, nunca habríamos tenido posteridad, ni hubiéramos conocido jamás el bien y el mal, ni el gozo de nuestra redención, ni la vida eterna que Dios concede a todos los que son obedientes’ [Moisés 5:11; cursiva agregada]. Esas palabras fueron características de la mujer, pensando en los demás, tratando de que se considerara a todos. Ninguna respuesta fue mas correcta que la otra, sino que ambas provienen de los distintos rasgos inherentes al hombre y a la mujer. El Señor quiere que empleemos esas diferencias para cumplir Su plan y lograr la felicidad, el progreso personal y el desarrollo. Consultándose mutuamente llegaron juntos a una perspectiva más amplia y correcta de la verdad” (“El gozo de vivir el gran plan de felicidad”, Liahona, enero de 1997, págs. 83–84).