Seminario
Lección 125: Isaías 42-47


Lección 125

Isaías 42–47

Introducción

Isaías profetizó que el Mesías sería una luz a los gentiles y libraría a los hijos de Dios de la cautividad del pecado. Él contrastó el poder del Salvador para redimir a Su pueblo con la insensatez de confiar en dioses falsos. Isaías también profetizó de la destrucción de Babilonia.

Sugerencias para la enseñanza

Isaías 42–43

El Mesías será una luz a los gentiles y liberará a los presos

Invite a un alumno a pasar al frente de la clase y pararse en una silla. Pregunte al alumno:

  • Si cayeras hacia atrás, ¿en quién confiarías para atraparte? ¿Por qué? (No haga que el alumno realmente intente eso).

Pida al alumno que se siente. Explique que los hijos de Israel enfrentaban una decisión en cuanto a en quién confiarían: el Señor Jesucristo o los dioses falsos que representaban los ídolos hechos de madera, barro o metal. Escriba Jesucristo y Dioses Falsos sobre dos columnas en la pizarra. Señale que también nosotros debemos decidir si confiaremos en Jesucristo o en dioses falsos.

  • ¿Cuáles son algunos dioses falsos en los que la gente pone su confianza hoy en día? (Escriba las respuestas de los alumnos en la pizarra bajo el encabezado “Dioses Falsos”. Las respuestas podrían incluir cosas tales como riqueza, posesiones, fuerza física, apariencia, popularidad e inteligencia).

Explique que Isaías 42–47 registra los esfuerzos que hizo Isaías para ayudar al pueblo a comprender que ellos necesitaban poner su confianza en el Salvador Jesucristo. Invite a los alumnos cuando estudien esos capítulos a buscar las verdades que los ayuden a comprender por qué deben confiar en el Salvador.

Señale que en Isaías 42, Isaías habló sobre el Mesías. El título Mesías significa “el ungido” y es el equivalente en el Antiguo Testamento del título que aparece en el Nuevo Testamento de “Cristo” (véase la Guía de Estudio para las Escrituras, “Mesías”).

Pida a un alumno que lea en voz alta Isaías 42:5–7. y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber lo que Isaías dijo acerca del Mesías. Invítelos a compartir lo que encuentren. Escriba sus respuestas en la pizarra bajo el encabezado “Jesucristo”. Pida a los alumnos que digan lo que piensan sobre lo que cada frase describe lo que el Mesías puede hacer.

Señale la frase “que saques de la cárcel a los presos” en el versículo 7, y explique que se refiere a liberar a quienes están en cautividad espiritual tanto en la tierra como en el mundo de los espíritus. Durante el ministerio terrenal de Cristo, Él enseñó el Evangelio, el que capacitaría a los hijos de Dios a llegar a ser libres de la cautividad espiritual mediante la Expiación. Cuando Jesucristo murió en la cruz, Su espíritu fue al mundo de los espíritus donde Él predicó el Evangelio.

Invite a un alumno a leer en voz alta Doctrina y Convenios 138:18–19, 30–31. Pida a los alumnos que averigüen lo que sucedió en el mundo de los espíritus poco después de que Jesucristo murió en la cruz. (Si lo desea, sugiera a los alumnos que escriban D. y C. 138:18–19, 30–31 como un pasaje correlacionado en sus Escrituras junto a Isaías 42:7).

  • ¿Qué hizo Jesucristo en el mundo de los espíritus?

  • ¿Qué verdad podemos aprender de esos pasajes? (Los alumnos pueden usar palabras diferentes, pero asegúrese que comprendan la siguiente verdad: La expiación de Jesucristo hace posible para todos, incluso para quienes ya han fallecido, aceptar el Evangelio y llegar a ser libres de la cautividad del pecado. Escriba esa verdad en la pizarra bajo el encabezado “Jesucristo”).

Pida a un alumno que lea en voz alta Isaías 42:16–17. y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar los resultados de confiar en el Salvador en lugar de confiar en dioses falsos. Pida a los alumnos que den un informe de lo que encuentren. Escriba sus respuestas en la columna apropiada en la pizarra.

Pida a un alumno que lea Isaías 42:18 en voz alta. y pida a la clase que siga la lectura en silencio y que estén atentos a cómo describió Isaías a quienes confían en dioses falsos. Invítelos a compartir lo que encuentren. Escriba sus respuestas bajo el encabezado “Dioses Falsos” en la pizarra.

  • ¿En qué formas son las personas ciegas y sordas cuando confían en riqueza, posesiones, fuerza física, apariencia, popularidad o inteligencia?

Para resumir Isaías 42:19–23, explique que Isaías enseñó que sólo quienes escuchen a Jesucristo pueden ser sanados de su ceguera y sordera espirituales (véase Selecciones de la Traducción de José Smith, Isaías 42:19–23 [en el apéndice de la Biblia]).

Invite a los alumnos a leer Isaías 43:1–5 en silencio, para ver más frases que describen lo que el Salvador dijo que haría por Israel. Después de darles suficiente tiempo, invite a los alumnos a pasar a la pizarra y escribir esas frases bajo el encabezado “Jesucristo”.

Para resumir el resto de Isaías 43, explique que Jehová dijo a los israelitas que ellos eran testigos de Él por causa de las grandes cosas que Él había hecho por ellos, y recalcó que no hay otro Salvador más que Él.

Isaías 44–46

Isaías contrasta el poder de Jehová para salvarnos con la insensatez de confiar en cualquier otra cosa.

Invite a los alumnos a considerar qué problemas enfrentan los jóvenes de hoy. Pida a los alumnos que escriban algunos de esos problemas en la pizarra.

  • ¿A dónde se vuelven algunas personas cuando tienen problemas como esos?

  • ¿Qué hace que algunas fuentes de ayuda sean mejores que otras?

Mientras estudian Isaías 44–46, invite a los alumnos a descubrir las doctrinas y los principios que les ayudarán a saber a dónde deben volverse cuando tengan problemas.

Invite a un alumno a leer Isaías 44:9–10, 14–20 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para ver por qué no es prudente buscar ayuda de dioses o imágenes falsos. Explique que esos versículos describen dioses e imágenes que el pueblo estaba haciendo de madera.

  • ¿Qué dijo el Señor que podría hacer la madera por el pueblo?

  • Según el versículo 17, ¿qué pedía el pueblo a sus ídolos?

  • ¿Qué dificultades podrían enfrentar las personas cuando procuran ser liberados de sus problemas mediante los dioses falsos de la riqueza, las posesiones, la fuerza física, apariencia, popularidad o inteligencia?

Coloque la imagen Jesucristo (Libro de obras de arte del Evangelio, 2009, Nº 1; véase también LDS.org) junto al encabezado “Jesucristo” que figura en la pizarra. Divida la clase en tres grupos y asigne a cada grupo una de las siguientes referencias: Isaías 44:21–24; Isaías 45:5–8; Isaías 45:12, 17–18, 20–22 (tal vez quiera escribir esas referencias en la pizarra). Explique que en esos versículos, Jehová enseñó a los hijos de Israel en quién deben confiar para ser liberados de sus problemas. Invite a los alumnos a leer sus versículos asignados en busca de lo que Jehová quería que los hijos de Israel supieran acerca de Él. Después de darles suficiente tiempo, invite a varios alumnos a dar un informe de lo que encontraron.

Señale que la frase “Yo soy Jehová, y no hay ningún otro” en Isaías 45:5, 6, 18 y frases similares en Isaías 45:21, 22. Luego pregunte:

  • ¿Qué verdad podemos aprender acerca de Jesucristo de esa idea que se repite en los versículos que leyeron? (Aunque los alumnos pueden sugerir varias verdades correctas, asegúrese de que comprendan la siguiente verdad: Jesucristo es el Redentor, el único que puede salvarnos. Escriba esa verdad en la pizarra bajo el encabezado “Jesucristo”).

  • ¿Qué significa que Jesucristo es el Redentor?

  • ¿Por qué crees que el Señor haría hincapié en repetidas ocasiones en que Él es el único Dios que nos puede salvar?

Explique que en los días de Isaías, muchos en Israel se habían vuelto a dos dioses falsos, Bel y Nebo, para que los ayudaran en sus dificultades. Pida a un alumno que lea en voz alta Isaías 46:1–2. y pida a la clase que siga la lectura en silencio para ver cuán ineficientes eran esos dioses para ayudar a los israelitas.

  • ¿Qué les sucedió a esos ídolos? (Explique que Bel y Nebo no sólo no pudieron ayudar a los israelitas, sino que también llegaron a ser una carga aun para los animales que los llevaron al cautiverio. Escriba en la pizarra la frase “carga pesada” bajo el encabezado “Dioses Falsos”).

  • ¿En qué forma el confiar en ídolos modernos, tales como riqueza, posesiones, fuerza física, apariencia, popularidad o intelecto, en vez de confiar en el Salvador, puede llegar a ser carga pesada?

Pida a un alumno que lea en voz alta Isaías 46:3–5. y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que el Señor dijo que Él haría por los israelitas.

  • ¿Qué significa que el Señor nos soportará aún en nuestra vejez y nuestras canas? (El Señor siempre estará allí para nosotros a lo largo de nuestra vida, aun hasta que lleguemos a la vejez).

  • Según el versículo 4, ¿qué hará el Señor por aquellos que confíen en Él y le adoren? (Los alumnos pueden usar diferentes palabras, pero asegúrese de que reconozcan el siguiente principio: Si confiamos en el Señor, Él nos sostendrá, nos librará y nos redimirá. Escriba ese principio en la pizarra bajo el encabezado “Jesucristo”).

A fin de ayudar a los alumnos a comprender ese principio, invite a un alumno a leer en voz alta las siguientes palabras del élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles. Invite a los alumnos a prestar atención a lo que significa confiar en Jesucristo.

Imagen
Elder Richard G. Scott

“Esta vida es una experiencia de profunda confianza en Jesucristo, en Sus enseñanzas y en nuestra capacidad, guiados por el Santo Espíritu, de obedecer las que nos darán felicidad ahora y una existencia eterna significativa y de supremo gozo. Confiar quiere decir obedecer voluntariamente desde el principio sin saber el fin (véase Proverbios 3:5–7). Para producir fruto, tu confianza en el Señor debe ser más fuerte y duradera que la que tengas en tus propias ideas y experiencia” (véase “La confianza en el Señor”, Liahona, enero de 1996, pág. 18).

  • ¿Qué podemos hacer para demostrar que confiamos en el Salvador? (Las respuestas podrían incluir seguir Sus enseñanzas, arrepentirnos de nuestros pecados y seguir al profeta).

Pida a los alumnos que respondan la siguiente pregunta en su cuaderno de apuntes o su diario de estudio de las Escrituras:

  • ¿En qué forma me ha sostenido o liberado el Salvador a mí o a alguien a quien conozco?

Después de darles suficiente tiempo, pregunte si a alguno de los alumnos le gustaría hablar sobre alguna ocasión en la que el Salvador lo haya sostenido o liberado, o en que alguien a quien conozcan haya sido liberado de esa forma. Podría compartir su testimonio o una experiencia apropiada que le haya ayudado a conocer la veracidad de ese principio. Aliente a los alumnos a considerar lo que pueden hacer para mostrar su confianza en el Salvador para que los sostenga y los libere.

Isaías 47

Isaías profetiza la destrucción de Babilonia

Para resumir Isaías 47, explique que Isaías profetizó que Babilonia y los caldeos (los habitantes de Babilonia) serían destruidos por causa de la conducta pecaminosa del pueblo. Señale que en las Escrituras con frecuencia se utiliza el reino de Babilonia para simbolizar el mundo. La profecía de Isaías de que las hijas de Babilonia serían destruidas se podría comparar a cualquiera que se deleita en sus pecados e iniquidades y rehúsa arrepentirse.

Comentarios e información de contexto

Isaías 42:7. “…para que saques de la cárcel a los presos”

El profeta José Smith explicó que el Padre Celestial desea que todos Sus hijos tengan una oportunidad de aprender el Evangelio y sean redimidos mediante la expiación del Salvador:

“Entonces aquí tenemos un relato de la predicación de nuestro Salvador a los espíritus que estaban en prisión, a espíritus que habían estado encarcelados desde los días de Noé; y ¿qué les predicó? ¿Que iban a permanecer allí? ¡Ciertamente no! Que su propia declaración lo testifique. [Véase Lucas 4:18; Isaías 42:7.] …En estas referencias es bien evidente que Él no solamente fue a predicarles sino a liberarlos, a sacarlos de la prisión. … Así tenemos que Dios hará lo mismo con toda la familia humana por igual, y que así como los que vivieron antes del Diluvio tuvieron su día de visitación, así los individuos mencionados por Isaías tendrán su tiempo de visitación y liberación, después de haber estado muchos días en prisión” (History of the Church, 4:596–597), (véase Antiguo Testamento: 1 Reyes–Malaquías, Manual del Alumno, Manual del SEIpág. 185).

Isaías 45 Jesucristo como el Redentor

El élder D. Todd Christofferson, del Quórum de los Doce Apóstoles, nos ayudó a comprender lo que el título de Redentor significa:

“Entre los títulos más significativos que describen a Jesucristo está el de Redentor… la palabra redimir significa saldar una obligación o una deuda. Redimir también puede querer decir rescatar o liberar, como cuando se paga una fianza. Cuando alguien comete un error y luego lo corrige o remedia, decimos que se ha redimido. Cada uno de estos significados sugieren diferentes aspectos de la gran Redención que realizó Jesucristo con Su expiación, la cual incluye, según el diccionario, ‘librar del pecado y sus castigos mediante un sacrificio que se realiza a favor del pecador’ [Webster’s New World College Dictionary, tercera edición, 1988, ‘redeem’]” (“Redención”, Liahona, mayo de 2013, pág. 109).