Seminario
Lección de estudio individual supervisado: Isaías 1–23 (Unidad 24)


Lección de estudio individual supervisado

Isaías 1–23 (Unidad 24)

Material de preparación para el maestro del curso de estudio individual supervisado

Resumen de las lecciones diarias de estudio individual supervisado

El siguiente resumen de las doctrinas y los principios que los alumnos aprendieron al estudiar Isaías 1–23 (unidad 24) no se ha creado con la intención de que se enseñe como parte de la lección. La lección que enseñe se centra en sólo unas pocas de esas doctrinas y principios. Siga las impresiones del Espíritu Santo conforme considera las necesidades de sus alumnos.

Día 1 (Isaías 1–5)

A medida que los alumnos aprendieron acerca de los pecados de los israelitas de la época de Isaías, descubrieron que nuestros actos externos de devoción a Dios son más significativos para Él cuando las intenciones de nuestro corazón son puras. También aprendieron principios relacionados con las consecuencias de escoger ser rectos o pecar.

Día 2 (Isaías 6–9)

Al estudiar acerca del llamamiento de Isaías para profetizar al pueblo, los alumnos aprendieron que a medida que se nos limpia de nuestros pecados, nos volvemos más dispuestos y ansiosos de hacer lo que el Señor nos pide. Cuando los alumnos leyeron sobre las consecuencias de las elecciones de los israelitas, descubrieron los siguientes principios: Cuando pecamos, acarreamos sobre nosotros la justicia de Dios. Si nos arrepentimos, el Señor está dispuesto a extendernos Su misericordia y perdonar nuestros pecados.

Día 3 (Isaías 10–16)

A medida que los alumnos leyeron las profecías de Isaías acerca de los últimos días, aprendieron que la Iglesia restaurada es un estandarte para congregar al Israel disperso de nuevo en el evangelio de Jesucristo). Descubrieron que cuando el Señor venga de nuevo, destruirá a los inicuos y bendecirá a Su pueblo. También aprendieron que al final, a Satanás se le quitará su poder y será echado para siempre.

Día 4 (Isaías 17–23)

En esa lección, los alumnos leyeron las profecías de Isaías en cuanto al recogimiento del Israel disperso en los últimos días, y a que Egipto se volvería a Dios. De esas profecías, los alumnos aprendieron las siguientes verdades: El confiar en nuestra propia fuerza en lugar de confiar en Dios puede llevarnos a cometer pecados y finalmente resultar en nuestra propia destrucción. Jesucristo posee la llave de la casa de David y las llaves de la salvación para toda la humanidad.

Introducción

El Señor invitó a los israelitas a arrepentirse y llegar a ser limpios. Isaías profetizó que la casa del Señor se establecería en los últimos días y que los orgullosos serían humillados en la segunda venida del Salvador.

Sugerencias para la enseñanza

Nota: Durante las lecciones de esta semana, los alumnos estudiaron los pasajes de dominio de las Escrituras que se encuentran en Isaías 1:18 e Isaías 5:20. Si lo desea, al comenzar la clase puede repasar o recitar junto con ellos Isaías 5:20 y pedirles que expliquen su significado. Los alumnos analizarán Isaías 1:18 en más detalle en esta lección.

Isaías 1

Isaías escribe las palabras del Señor que describen la condición apóstata de la casa de Israel.

Muestre una prenda de vestir que tenga una mancha.

Pregunte a los alumnos:

  • ¿En qué ocasión se mancharon una prenda de vestir y se preocuparon por si la mancha saldría?

  • ¿Cómo puede compararse el pecar con el manchar una prenda de vestir?

Pida a los alumnos que, a medida que estudian Isaías 1, busquen un principio que nos pueda dar esperanza cuando manchamos nuestra alma con el pecado.

  • A partir de lo que estudiaron esta semana, ¿qué recuerdan acerca de la condición espiritual de los israelitas durante la época de Isaías? (Si fuera necesario, puede pedirle a un alumno que lea Isaías 1:4 en voz alta).

Para ilustrar parte de la condición espiritual de los israelitas como se enseña en Isaías 1, muestre un vaso limpio y trasparente que contenga agua. Mientras los alumnos observan, agregue al agua una o dos gotas de colorante alimenticio rojo.

  • En este momento, ¿de qué manera es el agua como las intenciones en los corazones de los israelitas? (Las intenciones de sus corazones las había contaminado el pecado).

  • ¿De qué manera es el vaso como el comportamiento externo de los israelitas? (Está limpio por fuera. Podría recordar a los alumnos que aunque los israelitas eran inicuos en ese momento, continuaban ofreciendo sacrificios en el templo y observaban exteriormente las ocasiones sagradas tales como la Pascua y las demás fiestas religiosas).

Pida a los alumnos que echen un vistazo a Isaías 1:11–15 en busca de palabras o frases que describan cómo se sentía el Señor acerca de las ofrendas falsas de los israelitas.

  • ¿Qué palabras o frases de esos versículos muestran cómo se sentía el Señor acerca de las ofrendas falsas de los israelitas? (Algunas de las respuestas podrían ser “Para qué me sirve”, “no quiero”, “No me traigáis más vana ofrenda”, “yo esconderé… mis ojos”. Quizás deba explicar que “vana ofrenda” se refiere a ofrendas religiosas realizadas sin verdadera intención).

  • Si el pueblo estaba realizando algunas cosas rectas de forma externa, ¿por qué rechazó el Señor esas ofrendas?

  • ¿Qué es más significativo para el Señor que una muestra externa de devoción? (Los alumnos quizás utilicen palabras diferentes, pero asegúrese de que reconozcan la verdad siguiente: Nuestros actos externos de devoción a Dios son más significativos para Él cuando las intenciones de nuestro corazón son puras).

Invite a un alumno a leer Isaías 1:16–19 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio y que busque la invitación que extendió el Señor a quienes sufrían a causa de sus pecados.

  • ¿Qué les invitó hacer el Señor a los israelitas?

  • ¿De qué manera nos ayuda el Salvador a volvernos limpios? (Por medio del poder de Su expiación).

  • ¿Qué principio podemos aprender acerca del arrepentimiento y el perdón en esos versículos? (Los alumnos quizás utilicen palabras diferentes, pero asegúrese de que quede claro que si nos arrepentimos sinceramente, podemos ser purificados de todos nuestros pecados por medio de la expiación de Jesucristo).

Añada el contenido de una tapa de cloro blanqueador (aproximadamente una cucharada o 15 mililitros) al vaso de agua y revuelva suavemente. El agua comenzará a perder el color rojo de inmediato. Al final de la clase, el agua deberá estar tan clara como lo era antes de que usted le agregara el colorante de alimentos. (Ésta es sólo una lección práctica. No permita que los alumnos beban el agua, pues ahora contiene productos químicos tóxicos).

  • ¿De qué manera es similar la expiación de nuestro Salvador, Jesucristo, al cloro blanqueador? (La expiación del Salvador, como el blanqueador, tiene el poder de purificar; pero debemos escoger aplicar la Expiación en nuestra vida al ejercer fe en Cristo y arrepentirnos de nuestros pecados).

Comparta su testimonio del poder de la expiación de Jesucristo para quitar la mancha del pecado y ayudarnos a llegar a ser puros. Invite a los alumnos a meditar por un momento lo que sienten que deben hacer para llegar a ser puros y anímelos a actuar de acuerdo con las impresiones que reciban.

Isaías 2

Isaías profetiza el establecimiento de la casa del Señor en los últimos días

Pida un voluntario para que dibuje en la pizarra. Invite a varios alumnos a turnarse para leer en voz alta Isaías 2:1–5, Invite al voluntario a hacer un dibujo de lo que Isaías describió. (Para que puedan participar más alumnos, puede pedirle a uno de ellos que dibuje lo que se describe en los versículos 1–3 y a otro lo que se describe en los versículos 4–5).

  • Según el versículo 2, ¿cuándo ocurrirán los acontecimientos que se describen en los versículos 1–5?

  • ¿De qué manera piensan que esos versículos se están cumpliendo en nuestros días? (Si lo desea, explique que la profecía que se encuentra en el versículo 4 acerca del fin de la guerra ocurrirá durante el Milenio, después de la segunda venida de Jesucristo).

Explique que Isaías profetizó muchos acontecimientos de los últimos días y que a menudo utilizaba simbolismos al expresar sus profecías. Como suele ser el caso en las declaraciones proféticas, algunos de los escritos de Isaías tienen dos o más significados; es decir, pueden aplicarse a más de una situación o pueden cumplirse en más de una ocasión. A eso a veces se lo llama dualismo.

  • ¿Por qué piensan que Isaías llamó al templo el “monte de Jehová”?

  • Según el Isaías 2:3, ¿por qué desearán ir al templo los pueblos en los postreros días?

  • A partir de esos versículos, ¿qué podemos aprender acerca de lo que sucede cuando asistimos al templo? (Los alumnos quizás utilicen palabras diferentes, pero asegúrese de que quede claro que cuando asistimos al templo, el Señor nos enseñará acerca de Sus caminos).

Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del presidente Boyd K. Packer, del Quórum de los Doce Apóstoles. y pida a la clase que escuche y preste atención a las bendiciones que se nos prometen cuando asistimos al templo.

“El templo es una excelente escuela; es una casa de aprendizaje. En los templos se conserva un ambiente propicio para la instrucción sobre asuntos que son profundamente espirituales… Si usted va al templo y tiene presente que la enseñanza es simbólica, y si va con el debido espíritu, nunca saldrá de allí sin que su visión se haya ampliado, sin sentirse un poco más exaltado, sin que su conocimiento haya aumentado en lo tocante a las cosas espirituales” (“El Santo Templo”, Liahona, octubre de 2010, págs. 31–32).

  • El asistir al templo o estudiar sobre el templo, ¿de qué manera les ha ayudado a aprender acerca de los caminos del Señor?

Invite a los alumnos a procurar aprender acerca del Señor y Sus caminos al asistir o prepararse para asistir al templo y participar en las sagradas ordenanzas que allí se realizan.

Próxima unidad (Isaías 24–48)

Pregunte a los alumnos si alguna vez se han preguntado si la Biblia menciona el Libro de Mormón. Explique que durante la próxima semana estudiarán una profecía de Isaías acerca del Libro de Mormón y su función en la restauración del evangelio de Jesucristo y en sus propias vidas. Isaías fue lo suficientemente específico en su profecía como para mencionar el futuro diálogo que Martin Harris tendría con un erudito.