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Lección 16 — Material para el maestro: Jesucristo nos ministra uno por uno


“Lección 16 — Material para el maestro: Jesucristo nos ministra uno por uno”, Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón: Material para el maestro, 2021

“Lección 16 — Material para el maestro”, Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón: Material para el maestro

Lección 16 — Material para el maestro

Jesucristo nos ministra uno por uno

La aparición de Jesucristo a los nefitas y a los lamanitas proporciona un testimonio poderoso de Su divinidad. Al ministrar uno por uno, Jesús ejemplificó la bondad y la compasión. En esta lección, se invitará a los alumnos a identificar diferentes maneras en que pueden venir a Cristo y adquirir un testimonio personal y más profundo de que Él es su Salvador. Los alumnos también pensarán en lo que pueden hacer para emular la manera de ministrar del Señor.

Sugerencias para la enseñanza

El Cristo resucitado aparece a los nefitas y a los lamanitas y los invita a palpar las heridas de Sus manos y pies.

Tal vez quiera empezar la lección mostrando la imagen adjunta y pidiendo a un alumno que vuelva a contar los acontecimientos que llevaron a la aparición de Jesucristo a los nefitas y a los lamanitas.

Imagen
Uno por uno, por Walter Rane

Invite a los alumnos a revisar la cita del élder Jeffrey R. Holland que se encuentra en la sección 1 del material de preparación y pregúnteles por qué la aparición de Jesucristo entre el pueblo es el acontecimiento más importante del Libro de Mormón.

Pida a los alumnos que revisen 3 Nefi 11:13–17 y que busquen lecciones que podemos aprender de ese relato acerca de la interacción de Cristo con el pueblo. Considere cuáles de las siguientes preguntas podría hacer para ayudar a sus alumnos a entender y a poner en práctica lo que aprendan:

  • ¿Qué aprendemos en esos versículos sobre el carácter de Jesucristo?

  • ¿Cómo se sentirían si se los invitara a palpar las heridas de las manos y los pies del Salvador?

  • ¿Qué podemos aprender sobre el Salvador de Su invitación a los del pueblo para que vinieran uno por uno a palpar las heridas de Sus manos y pies? (Si es necesario, recuerde a los alumnos que estuvieron presentes 2500 personas).

  • ¿De qué forma esta experiencia podría representar lo que Jesucristo nos invita a hacer a cada uno? (Utilizando las respuestas de los alumnos, identifique una verdad parecida a la siguiente: Jesucristo nos invita a venir a Él y a recibir un testimonio personal de que Él es nuestro Salvador).

  • ¿Qué podemos hacer para venir a Cristo y recibir nuestro propio testimonio personal de que Él es nuestro Salvador? (Para ver más ideas, podría resultar útil que los alumnos repasen la declaración del élder Walter F. González que se encuentra en la sección 1 del material de preparación).

Invite a los alumnos a repasar la actividad “Anota tus ideas”, que se encuentra en la sección 1 del material de preparación. Dé a los alumnos unos minutos para repasar lo que hayan aprendido y luego invite a algunos de ellos a compartir lo que escribieron. Si el tiempo lo permite, tal vez desee invitar a uno o dos alumnos a escoger una estrofa del himno que seleccionaron y a explicar por qué es significativa para ellos. También podrían cantar juntos el himno.

Podría mostrar la pregunta siguiente y animar a los alumnos a meditar y anotar lo que piensen y sientan:

  • ¿Qué podría hacer yo para fortalecer mi testimonio de que Jesucristo es mi Salvador?

Jesucristo ministra a la multitud uno por uno.

Recuerde a los alumnos que, hacia el final de Su primer día entre el pueblo, el Salvador invitó a la multitud a volver a sus casas y a prepararse para Su regreso al día siguiente (véase 3 Nefi 17:1–3).

Cómo mejorar la enseñanza y el aprendizaje

Anime a los alumnos a estudiar y a emular el ejemplo del Salvador. El presidente Dieter F. Uchtdorf, por aquel entonces [miembro] de la Primera Presidencia, dijo a los maestros de Seminario e Instituto: “Nuestros jóvenes quieren creer; anhelan saber más sobre el Salvador” (“A Teacher of God’s Children”, Religious Educator, tomo XII, nro. 3, 2011, pág. 7). Una manera en que los alumnos pueden saber más sobre el Salvador es centrándose en Su ejemplo perfecto. A medida que los alumnos estudien el ejemplo de Jesucristo, invítelos a considerar lo que pueden hacer para emularlo. El élder Neal A. Maxwell, del Cuórum de los Doce Apóstoles, observó: “Esta emulación aumenta directamente nuestra adoración de Jesús” (“Becoming a Disciple”, Ensign, junio de 1996, pág. 12).

Divida a los alumnos en grupos pequeños. Invítelos a repasar 3 Nefi 17:5–9, 20–24 y a analizar de qué manera el Salvador ministró al pueblo. Durante su análisis, anime a los alumnos a considerar maneras diferentes en que podrían completar la declaración siguiente: “Ministramos como el Salvador cuando…”.

Después de que los alumnos hayan tenido suficiente tiempo para aprender unos de otros, pídales que compartan algunas de las formas en que completaron la declaración incompleta anterior. Mientras los alumnos comparten sus declaraciones, considere hacer algunas de las preguntas siguientes para ayudar a profundizar su análisis:

  • ¿Qué función tiene el amor en la ministración? (Tal vez deseen repasar la cita de la presidenta Jean B. Bingham que se encuentra en la sección 2 del material de preparación).

  • ¿Por qué creen que la ministración trajo gozo al Salvador? ¿En qué ocasión han sentido gozo al servir a alguien necesitado?

  • ¿Por qué el hecho de sentir compasión es una parte importante de la ministración? ¿En qué ocasiones han sentido la compasión del Salvador a través de los esfuerzos de ministración de otra persona? ¿De qué manera han sido capaces de transmitir la compasión de Cristo por otras personas a través de su propia labor de ministración?

  • ¿Cómo podemos ayudar a alguien a experimentar el poder sanador del Señor a medida que ministramos?

A fin de ayudar a los alumnos a poner en práctica lo que han aprendido sobre la ministración, podría compartir la siguiente situación hipotética:

Alejandro es un joven adulto soltero. Ha recibido una invitación para ministrar a Pablo y a José. Él ha hablado con Pablo algunas veces en la capilla, pero no conoce a José. Después de hablar con el presidente del cuórum de élderes, Alejandro se entera de que Pablo está luchando con un problema de salud y que José le ha dicho al obispo que no está interesado en asistir a la capilla en este momento. Alejandro quiere cumplir con su llamamiento, pero no está seguro por dónde empezar.

Invite a los alumnos a mirar el ejemplo del Salvador y a compartir qué consejo le darían a Alejandro. También anime a los alumnos a compartir sus propias experiencias personales en cuanto a la ministración.

Recuerde a los alumnos que, en preparación para esta lección, se los invitó a pensar en alguien a quien pudieran ministrar (véase la sección 2 del material de preparación). Invite a los alumnos a considerar la situación de esa persona. Luego dé a los alumnos algunos minutos para reflexionar y anotar sus impresiones sobre la pregunta siguiente:

  • ¿Qué harán para seguir el ejemplo del Salvador y ministrar a esa persona con amabilidad y compasión?

Para la próxima clase

Invite a los alumnos a considerar los desafíos a los que se enfrentan los miembros de la Iglesia o los investigadores cuando no se sienten aceptados por otros miembros de la Iglesia. Anime a sus alumnos a estudiar el material de preparación para la clase siguiente y a buscar cómo podemos ayudar a otras personas a sentir que hay un lugar para todos nosotros en la Iglesia de Jesucristo.