Voces de los miembros
El élder Orlando A. Castaños es llamado a servir
El élder Orlando A. Castaños conoció el Evangelio en 1991 a través de su hermano, Toribio Castaños. Dos meses después de conocer a los misioneros, fue bautizado y el curso de su vida cambió para siempre.
El primer cambio consistió en continuar aprendiendo los caminos del Salvador. Eso estaba disponible en una clase de Seminario que se llevaba a cabo todos los días, a las seis de la mañana, eran días muy difíciles. Aprendió en esas madrugadas que, para obtener cosas importantes, a menudo se requiere sacrificio. Esa experiencia le ayudó a prepararse para tomar la decisión de servir en una misión de tiempo completo.
El llamamiento misional del élder Castaños fue ir a la Misión República Dominicana Santiago y comenzó el 4 de agosto de 1994 en el CCM de Guatemala. Recibió su investidura en el Templo de Guatemala, y él dice: “Esta ordenanza me ayudó a ampliar mi perspectiva de la eternidad y fortaleció mi fe en la Expiación del Salvador Jesucristo. Toda la experiencia misional me enseñó el amor del Salvador y cómo compartir ese amor con mi prójimo”.
El élder Castaños recibió la mayor bendición después de su misión cuando conoció a la joven Dareidi Santana, su futura esposa. Recibieron maravillosas promesas sagradas cuando fueron sellados en el Templo de Santo Domingo, el 7 de junio de 2001. La misma semana en que se casaron, el élder Castaños fue llamado como presidente de la Rama Los Ángeles, en la Estaca San Gerónimo, República Dominicana. Dos años más tarde, la rama se convirtió en un barrio y allí sirvió como obispo durante un año, momento en el que fue llamado a la presidencia de estaca. La Iglesia creció rápidamente durante esos años y el élder Castaños tuvo la bendición de servir diecinueve años más en tres presidencias de estaca diferentes. El 1 de abril de 2023, fue llamado como Setenta en el Área Caribe.
El élder y la hermana Castaños tienen tres hermosos hijos, Darlenis, Odette y Orlando Josué, que llenan sus vidas de felicidad.
El élder Castaños compartió su testimonio: “Estoy agradecido por cada oportunidad de servir al Señor y de tener el apoyo de una esposa amorosa. Testifico que nuestro Padre Celestial nos ama y nos acompaña en todas nuestras responsabilidades. Testifico del ejemplo perfecto de amor y servicio de nuestro Salvador y, mediante la guía de nuestro profeta de los últimos días, Russel M. Nelson, sabemos de nuestra gran responsabilidad y privilegio de ser discípulos de Cristo. En el nombre de Jesucristo. Amén”.