Mensaje de la Presidencia de Área
Jesús es el Cristo
Al celebrar el nacimiento del Salvador Jesucristo, mis pensamientos se dirigen al Libro de Mormón, cuyo propósito sagrado es “convencer al judío y al gentil de que JESÚS es el CRISTO, el ETERNO DIOS”1. El Libro de Mormón, Otro Testamento de Jesucristo, celebra la vida preterrenal, mortal y eterna del Redentor del mundo desde la perspectiva de aquellos que salieron de Jerusalén y llegaron al nuevo mundo y a una tierra prometida. Cada profeta del Libro de Mormón testifica del Mesías prometido, muchos cientos de años antes de Su nacimiento.
Uno de esos profetas fue Nefi, quien vio en visión seiscientos años antes de Cristo, un árbol que era sumamente hermoso y blanco. Cuando pidió conocer la interpretación de su visión, se le mostró la Navidad, el nacimiento del Cordero de Dios, sí, el Hijo del Padre Eterno2. El ángel que estaba con Nefi entonces hizo la pregunta más penetrante: “¿Comprendes la condescendencia de Dios?”. En otras palabras, ¿entiendes por qué Dios mismo vendrá al mundo? ¿Por qué Él condescendería debajo de todas las cosas?
La respuesta de Nefi fue: “Sé que ama a sus hijos; sin embargo, no sé el significado de todas las cosas”. El ángel entonces dijo: “La virgen que tú ves es la madre del Hijo de Dios”. Nefi vio a María sosteniendo a un niño en sus brazos y con gozo el ángel clamó: “¡He aquí, el Cordero de Dios, sí, el Hijo del Padre Eterno!”.
Casi instantáneamente, el significado del árbol y la razón por la que celebramos el nacimiento de Cristo, se hicieron más claros para Nefi y dijo: “Es el amor de Dios, que se derrama ampliamente en el corazón de los hijos de los hombres; por lo tanto, es más deseable que todas las cosas”. “Sí”, agregó el ángel, “y el de mayor gozo para el alma”3.
Una de las grandes promesas del Libro de Mormón se encuentra en la introducción: “Invitamos a toda persona, dondequiera que se encuentre, a leer el Libro de Mormón, a meditar en su corazón el mensaje que contiene y luego a preguntar a Dios, el Padre Eterno, en el nombre de Cristo, si el libro es verdadero. Quienes así lo hagan y pidan con fe lograrán un testimonio de la veracidad y la divinidad del libro por el poder del Espíritu Santo […]. Aquellos que obtengan este testimonio divino del Santo Espíritu también llegarán a saber, por el mismo poder, que Jesucristo es el Salvador del mundo, que José Smith ha sido Su revelador y profeta en estos últimos días, y que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es el reino del Señor que de nuevo se ha establecido sobre la tierra, en preparación para la segunda venida del Mesías”4.
Durante esta época sagrada del año, oramos para que dediquen tiempo a estudiar y meditar en todo lo que aprendemos acerca de Jesús de Nazaret y de los maravillosos profetas cuyas palabras se encuentran en el Libro de Mormón. Desde Nefi hasta Moroni, cada profeta del Libro de Mormón testifica de manera poderosa de la venida del Hijo Unigénito de Dios.
Como creyentes, celebramos la bondad y el amor de Dios al enviarnos a Su Hijo amado. El Libro de Mormón fortalece nuestra fe en Jesucristo y en Su vida, Su Expiación infinita, Su Resurrección y Su segunda venida prometida. Somos bendecidos continuamente al amarlo y seguirlo. Somos bendecidos por ser miembros de Su Iglesia restaurada, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.