2023
El Nacimiento de Cristo según el Libro de Mormón
Diciembre de 2023


Mensaje del Área

El nacimiento de Cristo según el Libro de Mormón

Al inicio del tercer libro de Nefi, en el Libro de Mormón, de inmediato encontramos una narración de las vivencias que debieron atravesar los fieles creyentes en Cristo aquí en las Américas, mientras esperaban con fe y esperanza las señales que testificaban del nacimiento del Salvador en el viejo mundo. Esa gran señal predicha por el profeta conocido como Samuel “el lamanita”, registrada en el capítulo catorce del libro de Helamán dice: “Y he aquí, esto os daré por señal al tiempo de su venida: porque he aquí, habrá grandes luces en el cielo, de modo que no habrá obscuridad en la noche anterior a su venida, al grado de que a los hombres les parecerá que es de día. Por tanto, habrá un día y una noche y un día, como si fuera un solo día y no hubiera noche; y esto os será por señal; porque os percataréis de la salida del sol y también de su puesta; por tanto, sabrán de seguro que habrá dos días y una noche; sin embargo, no se obscurecerá la noche; y será la noche antes que él nazca”1.

No todas las personas esperaban con fe estas señales, incluso muchos de ellos se burlaron de los creyentes, haciendo grandes alborotos, entristeciendo a quienes esperaban las buenas nuevas. Incluso fijaron una fecha límite de espera y quienes creyeran en estas señales, de no verificarse, serían sometidos a la pena de muerte. Aun así muchos fieles creyentes “esperaban firmemente” la llegada de la señal que anunciaría el nacimiento del niño en Belén.

Las amenazas de muerte de los incrédulos “afligieron en extremo” a Nefi y de inmediato solicitó ayuda divina. Al igual que el gran Enós de la antigüedad dedicó el día completo a orar en ferviente súplica por su pueblo.

La respuesta fue maravillosa, poderosa y sencilla a la vez. La respuesta del mismo Señor Jesucristo llegó al corazón y a la mente del acongojado Nefi y no dejó lugar a ninguna duda al aseverar: “Alza la cabeza y sé de buen ánimo, pues he aquí, ha llegado el momento; y esta noche se dará la señal, y mañana vengo al mundo para mostrar al mundo que he de cumplir todas las cosas que he hecho declarar por boca de mis santos profetas […]. He aquí, ha llegado el momento y esta noche se dará la señal”2.

En efecto, la profecía se cumplió ese mismo día pues al atardecer no se oscureció el firmamento, al anochecer siguió habiendo luz.

La señal de la que habían testificado los profetas se estaba verificando, estaba a la vista, incluso apareció una nueva estrella en el cielo.

La mayoría del pueblo creyó y se convirtió a Cristo. Y así el pueblo nuevamente comenzó a vivir en paz.

Este suceso maravilloso y todo lo que lo rodea me despierta admiración y agradecimiento al Señor por Sus tiernas misericordias. Me despierta admiración por los fieles creyentes que, a pesar de las dificultades, burlas y otras situaciones adversas, mantuvieron firmes su fe, su esperanza y su creencia en la voz de los profetas.

En esta época en la que nos detenemos a reflexionar en el nacimiento del niño de Belén, ojalá tengamos presente la maravilla que significaron estas señales en personas comunes como nosotros, que estaban muy lejos del acontecimiento central que transcurría en el viejo mundo. Sin embargo, este hecho singular demuestra que las bendiciones de la paz que vienen por seguir a Cristo son para todos, donde quiera que estén y sin importar sus circunstancias.

En el nombre sagrado de Jesucristo. Amén.

Notas

  1. Helamán 14:3.

  2. 3 Nefi 1:13.