Instituto
Lección 5 — Material de preparación para la clase: Llegar a ser el pueblo del convenio del Señor


“Lección 5 — Material de preparación para la clase: Llegar a ser el pueblo del convenio del Señor”, Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro, 2023

“Lección 5 — Material de preparación para la clase”, Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro

Imagen
El bautismo de un joven

Lección 5 — Material de preparación para la clase

Llegar a ser el pueblo del convenio del Señor

Se requiere un alto nivel de confianza y amor para unirse a alguien en una relación por convenio, y esa confianza se desarrolla al llegar a conocerse mutuamente. En el caso de hacer convenios con Dios que te unan a Él, Dios ya te conoce perfectamente y desea darte todo lo que Él tiene, todo lo que Él es; te invita a confiar en Él y a entrar en Su senda de los convenios. Al hacerlo, serás bendecido abundantemente, ya que “Su camino es el sendero que lleva a la felicidad en esta vida y a la vida eterna en el mundo venidero” (“El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles”, LaIglesiadeJesucristo.org).

Sección 1

¿Quién es Jehová y por qué puedo confiar en Él?

“El Cristo Viviente” enseña que “[Jesucristo] fue el Gran Jehová del Antiguo Testamento”. ¿De dónde proviene el nombre Jehová y qué puede enseñarte acerca del Salvador?

Después de que los hijos de Israel fueran cautivos de los egipcios durante muchos años, el Señor llamó a Moisés para que los “sa[cara] de Egipto” (Éxodo 3:10; véanse también los versículos 1–9). Moisés se sentía incapaz de llevar a cabo esa tarea y le preguntó al Señor Su nombre para poder decirles a los israelitas quién lo había enviado (véase Éxodo 3:11–13).

Imagen
ícono, estudiar

Estudia a fin de prepararte para la clase

Lee Éxodo 3:13–14 y considera la posibilidad de marcar el nombre que el Señor le reveló a Moisés.

Imagen
Moses Seeing Jehovah [Moisés ve a Jehová], por Joseph Brickey

El nombre Yo Soy significa “Él es” o “Él existe” y está relacionado directamente con el nombre hebreo Yahweh, o Jehová. El nombre Jehová significa “el Inmutable” (Bible Dictionary, “Jehovah”). La reverencia que sentían por el nombre de Jehová es la razón por la que los judíos mencionados en el relato del Nuevo Testamento reaccionaron tan violentamente cuando Jesucristo les dijo: “… Antes que Abraham fuese, yo soy” (Juan 8:58). El uso que Cristo hace del término “Yo Soy” es el mismo que en Éxodo 3:14, cuando dice: “… Yo soy el que soy”.

Imagen
Se desafía a Jesús

El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo lo siguiente sobre la declaración del Salvador:

Imagen
Élder Bruce R. McConkie

Esta es la afirmación de divinidad más terminante y directa que cualquier persona haya hecho o pudiera hacer: “… Antes que Abraham fuese, yo soy”. Es decir: “Soy el Dios Todopoderoso, el Gran YO SOY. Soy el que existe por Sí mismo, el Eterno. Soy el Dios de vuestros padres. Mi nombre es: YO SOY EL QUE SOY” (Doctrinal New Testament Commentary, 1965, tomo I, pág. 464).

Imagen
ícono, meditar

Medita a fin de prepararte para la clase

¿De qué manera el hecho de saber que Jesucristo es el Gran Jehová —el Dios del Antiguo Testamento, Quien existe y es inmutable— influye en tu confianza en Él? ¿Qué te enseñan estos títulos acerca de Su capacidad para hacerte promesas y cumplirlas?

Sección 2

¿De qué modo puede ser bendecida mi vida al hacer y guardar convenios con Jehová?

Aunque el Señor, Jehová, es poderoso e inmutable, Él y Su Padre nos invitan a cada uno de nosotros a establecer una relación por convenio con Ellos. Esta relación por convenio incluye posibles bendiciones que no se pueden recibir de ninguna otra manera.

Quizás recuerdes que un convenio es “un acuerdo sagrado entre Dios y una persona o un grupo de personas. Dios fija condiciones específicas y promete bendecirnos si obedecemos esas condiciones. Cuando decidimos no guardar los convenios, no podemos recibir las bendiciones y, en algunos casos, sufrimos un castigo como consecuencia de nuestra desobediencia” (Temas del Evangelio, “Convenio”, topics.ChurchofJesusChrist.org).

Abraham es un ejemplo excelente de alguien que hizo y guardó convenios con el Señor. A pesar de la adoración de ídolos y el mal ejemplo de muchas personas de su entorno, Abraham deseaba ser “un seguidor más fiel de la rectitud” (Abraham 1:2). Los deseos de Abraham fueron recompensados cuando Jehová concertó un convenio con él.

Imagen
ícono, estudiar

Estudia a fin de prepararte para la clase

Lo que se suele llamar el “convenio abrahámico” incluye promesas que Dios nos ofrece a todos nosotros. Estudia Abraham 2:8–11 para familiarizarte más con parte del convenio abrahámico e imagina que el Señor te habla de estas promesas tal como lo hizo a Abraham. Podrías marcar las bendiciones que encuentres.

Imagen
The Lord Appearing unto Abraham [Jehová se aparece a Abraham], por Keith Larson

El convenio abrahámico incluye todas las bendiciones eternas que provienen del evangelio del Señor, de las ordenanzas del sacerdocio y del matrimonio celestial. Esta senda comienza con un convenio hecho al ser bautizados y continúa hacia el templo y más allá, al ser obedientes a los convenios que hemos hecho.

El presidente Russell M. Nelson dijo lo siguiente acerca del convenio abrahámico:

Imagen
Presidente Russell M. Nelson

Las bendiciones más grandes del convenio de Abraham se confieren en los santos templos […]. El cumplimiento del antiguo convenio abrahámico es posible solo debido al Señor Jesucristo; es Él quien ha hecho posible que moremos con Dios, con Él y con nuestras familias eternamente (véase “Testigos especiales de Cristo”, Liahona, abril de 2001, pág. 7).

Imagen
Una pareja contemplando el templo

Lee la siguiente declaración del élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, en la que podrías marcar las bendiciones que se reciben al caminar por la senda de los convenios del Salvador:

Imagen
Élder D. Todd Christofferson

¿Qué es la senda de los convenios? Es aquella senda que nos conduce hacia el Reino Celestial de Dios […]. En el curso de la senda de los convenios (la cual, por cierto, se extiende más allá de la vida terrenal), recibimos todas las ordenanzas y convenios pertenecientes a la salvación y la exaltación.

Nuestro compromiso integral por convenio es hacer la voluntad de Dios “y ser obedientes a sus mandamientos en todas las cosas que él nos mande” [Mosíah 5:5] […].

Los convenios que Dios ofrece a Sus hijos hacen más que guiarnos; nos ligan a Él y, ligados a Él, podemos vencer todas las cosas […].

Dios brinda un don casi incomprensible para ayudar a guardar los convenios a quienes los hacen: el don del Espíritu Santo. Ese don es el derecho a la compañía, protección y guía constantes del Santo Espíritu […].

En la senda de los convenios también encontramos las bendiciones esenciales del perdón y de ser limpios de pecado […];

quienes siguen la senda de los convenios también hallan bendiciones singulares en diversos recogimientos divinamente señalados […]; el recogimiento literal de las largamente dispersadas tribus de Israel […] está ahora en marcha con el recogimiento del pueblo del convenio en la Iglesia […]. Existe también una congregación semanal del pueblo del convenio […] para participar del pan y del agua sacramentales en memoria de la expiación de Jesucristo […].

El pueblo del convenio también se congrega en el templo, la Casa del Señor, para procurar las ordenanzas, las bendiciones y la revelación que únicamente están disponibles allí […].

Al final, solo al seguir la senda de los convenios heredamos las bendiciones de Abraham, Isaac y Jacob, las supremas bendiciones de la salvación y la exaltación que solo Dios puede dar (“El porqué de la senda de los convenios”, Liahona, mayo de 2021, págs. 116, 118–119).

Imagen
ícono, actuar

Actúa

El presidente Nelson observó: “El mayor cumplido que se puede recibir aquí en esta vida es que se le considere alguien que guarda sus convenios” (“Convenios”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 88). Elige algo que vayas a empezar a hacer a partir de esta semana para avanzar por la senda de los convenios. Medita en cómo Jesucristo —Jehová, el Inmutable— puede ayudarte a alcanzar esa meta. Luego considera cómo podrías ayudar a otras personas en su senda.