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Lección 8 — Material para el maestro: Aceptar a Jesucristo como el Mesías prometido


“Lección 8 — Material para el maestro: Aceptar a Jesucristo como el Mesías prometido”, Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro, 2023

“Lección 8 — Material para el maestro”, Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro

Lección 8 — Material para el maestro

Aceptar a Jesucristo como el Mesías prometido

Jesucristo era el Mesías (o “el Ungido”) del Nuevo Testamento. Él fue escogido por el Padre Celestial para ser nuestro Salvador. En esta lección, los alumnos tendrán la oportunidad de analizar cómo puede transformar su vida el hecho de aceptar la misión mesiánica de Jesucristo. Se alentará a los alumnos a considerar las maneras en que el Mesías puede ayudarlos con los dolores o las aflicciones que estén experimentando.

Sugerencias para la enseñanza

Jesucristo declara que Él es el Mesías

Podría empezar la clase mostrando la siguiente declaración del élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

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Élder Neil L. Andersen

Ninguno se ha librado de la enfermedad y la tristeza […]. Las heridas del alma no son exclusivas del rico o del pobre, de una cultura, un país o una generación. Sobrevienen a todos y son parte del aprendizaje que recibimos en esta experiencia terrenal (Neil L. Andersen, “Heridos”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 84).

Escriba la frase siguiente en la pizarra: Heridas del alma.

Invite a los alumnos a compartir las diferentes maneras en que experimentamos heridas del alma y anote las respuestas de los alumnos en la pizarra. Para que esta actividad sea más relevante para los alumnos, podría invitarlos a reconocer en silencio las heridas de su alma o las de un ser querido. Aliente a los alumnos a meditar en privado, a lo largo de la clase, cómo puede ayudar el Señor con esas heridas.

Invite a los alumnos a definir o explicar el título Mesías y por qué el Mesías esperado era tan importante para el pueblo del convenio de Dios en los tiempos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento.

Señale que en Isaías 61:1–3 hay una profecía de cómo el Mesías ayudaría a sanar las almas heridas. Invite a los alumnos a repasar estos versículos y a buscar palabras y frases que podrían brindar esperanza a las personas que están sufriendo.

Mientras los alumnos estudian, usted podría escribir la frase siguiente en la pizarra: ¿Cómo ayuda el Mesías al alma herida? Luego podría pedir a los alumnos que compartan las palabras o frases que les parezcan más significativas, y luego podría escribirlas en la pizarra. Para ayudarlos a meditar de manera más profunda, podría plantearles alguna de las preguntas siguientes:

  • ¿Cómo aborda esa palabra o frase las heridas del alma?

  • ¿Por qué es importante para ti esa palabra o frase?

  • ¿Qué nos enseña esta palabra o frase acerca del Mesías y Su misión?

Después de conceder tiempo para un análisis significativo, podría mostrar la imagen adjunta de Jesús en la sinagoga de Nazaret. Repase brevemente el contexto y luego invite a un alumno a compartir la forma en que Jesucristo utilizó Isaías 61:1–2 para declarar que Él era el Mesías prometido. (Si es necesario, pida a los alumnos que repasen Lucas 4:18–22).

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Jesus in the Synagogue at Nazareth [Jesús en la sinagoga en Nazaret], por Greg K. Olsen

Podría mostrar la siguiente verdad: Jesús es el Mesías que fue enviado para sanar a los quebrantados de corazón, liberar a los heridos y consolar a los que lloran.

  • ¿Cómo puede el Salvador ayudar a quienes sienten que tienen el corazón roto o que están heridos emocionalmente? (Podría leer la declaración del élder Gerrit W. Gong que se encuentra en la sección 1 del material de preparación).

  • ¿Cómo los ha ayudado o consolado el Salvador a ustedes o a alguien a quien conozcan?

Isaías y Alma testifican del poder del Mesías para socorrernos

Podría mostrar las láminas adjuntas del Salvador e invitar a los alumnos a compartir brevemente diferentes maneras en que Él sufrió en la vida terrenal.

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Jesús en el juicio
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Jesús ora en Getsemaní
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The Crucifixion [La crucifixión], por Harry Anderson

Valore la posibilidad de que los alumnos trabajen con un compañero. Una persona podría estudiar Isaías 53:3–6, 8, 11–12, y la otra podría estudiar Alma 7:11–12. Invite a los alumnos a buscar dos cosas: (1) cómo sufriría el Mesías y (2) cómo puede bendecirnos Él a causa de Su sufrimiento. Después de que los alumnos hayan analizado con su compañero lo que descubrieron, invite a algunos alumnos a compartir con la clase lo que aprendieron.

A medida que los alumnos compartan, podría ser útil reflejar su aprendizaje en una declaración similar a la siguiente: Gracias a que el Mesías cargó con nuestras aflicciones, pesares y transgresiones, Él puede sanarnos, darnos paz, llevar nuestras iniquidades, perdonarnos, consolarnos y socorrernos. Considere hacer esta pregunta de seguimiento:

  • ¿Con qué tipos de dolores y aflicciones terrenales puede ayudarnos el Salvador? (Tal vez sea importante repasar el significado de la palabra socorrer y luego leer en voz alta las declaraciones de la presidenta Jean B. Bingham y del presidente Dallin H. Oaks que se encuentran en la sección 2 del material de preparación).

Podría dedicar un tiempo a ayudar a los alumnos a reconocer ejemplos de la vida real de cómo el Salvador nos socorre. Esos ejemplos podrían provenir de las Escrituras, de los líderes de la Iglesia o de la vida de sus alumnos. Usted también podría compartir alguna experiencia personal.

Cómo mejorar la enseñanza y el aprendizaje

Conceda tiempo a los alumnos para que reflexionen en silencio. Hay momentos en los que las palabras pueden ser una barrera para el aprendizaje espiritual. El silencio puede ser un don sagrado que permite a los alumnos reflexionar más profundamente sobre lo que están aprendiendo y escuchar con mayor claridad los suaves susurros del Espíritu Santo.

Los alumnos podrían pensar de nuevo en las “heridas” que ellos, o alguno de sus seres queridos, están experimentando. Muestre las preguntas siguientes e invite a los alumnos a meditarlas. Conceda tiempo a los alumnos para que anoten sus ideas e impresiones.

  • ¿De qué manera el saber que el Salvador entiende todo lo que están pasando influye en la forma en que ven sus propios dolores y aflicciones?

  • ¿Qué piensan o sienten acerca de Jesucristo cuando consideran lo que Él sufrió para poder ayudarlos? ¿Qué los inspira a hacer eso?

  • ¿Cómo podría ese conocimiento bendecir a alguien a quien conozcan que esté teniendo dificultades? ¿Cómo podrían compartirlo con esas personas?

Si el tiempo lo permite, podría proporcionar a cada alumno una nota adhesiva o un trozo de papel. Sugiera a los alumnos que apunten la respuesta a la siguiente pregunta:

  • Piensa en alguien que conozcas que esté teniendo dificultades con una situación complicada. ¿Qué mensaje podrías compartir con esa persona acerca de la capacidad de Jesucristo para fortalecernos y sanarnos?

Luego pida a los alumnos que coloquen sus papeles alrededor del salón. Conceda unos minutos a los alumnos para que caminen por el salón y lean las distintas declaraciones.

Para la próxima clase

A fin de alentar a los alumnos a leer el material de preparación para la lección 9, podría enviarles la imagen y el mensaje siguientes antes de la próxima clase: Dedica tiempo a estudiar el material de preparación para la lección 9 y a meditar en por qué el nacimiento de Jesucristo no solo debería celebrarse en Navidad, sino durante todo el año.

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María, José y el niño Jesús