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SECCION 6: EL MINISTERIO PALESTINO GLORIFICADO


SECCION 6

EL MINISTERIO PALESTINO GLORIFICADO

Lecciones

  1. “Ha resucitado”!

  2. “Yo sé que mi Redentor vive”

¡HA RESUCITADO!

Aquel fue el día más memorable en la historia. En aquel día glorioso se abrió el sepulcro y Jesucristo se levantó de entre los muertos. las “buenas nuevas” fueron proclamadas primeramente mediante una declaración angélica. “Ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron” (Marcos 16:6).

El suceso, naturalmente, no tenía precedentes. Otros, tales como lázaro, habían vuelto a la vida; pero eso había sido una restauración a la mortalidad, no una resurrección a la vida eterna. A Cristo le fue otorgado el honor de ser “primicias de los que durmieron” (1 Corintios 15:20). El hecho de que aquello no hubiera sucedido antes, explica la incredulidad entre sus propios apóstoles de que tal resurrección literal pudiera ocurrir. Pero antes de que finalizara el día de la resurrección, El había dejado una prueba infalible de que ciertamente se había levantado de entre los muertos. El escepticismo se desvaneció cuansus discípulos vieron y tocaron las heridas de sus manos, pies y costado. Como se nota en el bosquejo que está más abajo, por lo menos ocurrieron cinco apariciones en aquel día. Estas incluyeron visitaciones a María Magdalena, a las otras mujeres, a Cleotas y su compañero en el camino a Emaús, a Pedro solo y luego a los diez apóstoles en el aposento alto, estando ausente Tomás. Una semana más tarde Cristo apareció nuevamente en el mismo lugar, con Tomás presente y le dijo a Tomás: “Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado” (Juan 20:27). Y Tomás no dudó más.

Jesucristo ejerció su ministerio en la tierra, como ser resucitado, durante cuarenta días: desde la resurrección hasta la ascensión. Fue en este período, de acuerdo con Lucas, cuando Cristo apareció ante muchos de sus discípulos y les habló “acerca del reino de Dios” (Hechos 1:3).

En la noche en la que el Salvador fue traicionado, dijo a sus apóstoles que “después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea” (Mateo 26:32). En la tumba el ángel había dicho a las mujeres que fuesen a decir a los discípulos que Jesucristo “va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis”. (Mateo 28:7). Y así leemos en Mateo que “los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde jesús les había ordenado” (Mateo 28:16). Esta reunión concertada de antemano (de acuerdo con los élderes Talmage y McConkie) fue probablemente una reunión a la cual fueron invitados muchos discípulos y tal vez sea la ocasión de la cual Pablo escribió posteriormente diciendo “después apareció a más de quinientos hermanos a la vez…” (1 Corintios 15:6). Esa conferencia debe haber incluido a los apóstoles, los setentas, otros hermanos principales y a fieles mujeres. (Véase McConkie DNTC, 1:886.)

Significado del ministerio de cuarenta días

Aunque la historia de este mInISterio es fragmentaria, el ministerio de cuarenta días que ustedes estudiarán en esta última lección fue importante al menos por estas razones:

  1. Fue el período durante el cual el principal de los apóstoles, Pedro, recibió la impresión de que su llamamiento al ministerio sobrepasaba en importancia a toda empresa temporal y que “apacentar las ovejas” de Cristo era mucho más importante que su intención de ir a pescar.

  2. Fue el período durante el cual Jesucristo dio a sus apóstoles la comisión final de enseñar el evangelio a todas las naciones y los instruyó más en cuanto a sus deberes.

  3. Fue durante este período que el Salvador apareció en forma resucitada a muchos otros, además de los once, calificándolos así como fieles testigos de su resurrección literal.

  4. Finalmente, al término de este período, El efectuó una ascensión literal, física, al cielo mientras sus discípulos miraban y dos ángeles estaban allí y prometieron que !esús “así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hecho 1:11).

Toda duda fue quitada de la mente de los apóstoles. Ahora ellos tenían un testimonio absoluto de la resurrección literal del Salvador. Estaban calificados para declarar con certeza que ¡Jesús vive! El presidente David O. McKay ha indicado que en la vida de aquellos once hombres ocurrió una transformación durante este período de cuarenta días y que esta transformación constituye una de las evidencias significativas de la realidad de la resurrección de nuestro Señor.

¿Qué fue lo que cambió a los apóstoles?

“Que la resurrección literal de la tumba fue una realidad para los discípulos que conocían íntimamente a Cristo, es por seguro. En la mente de ellos no había duda alguna, pues ellos mismos eran testigos del hecho. Sabían porque habían visto con sus ojos, escuchado con sus oídos, y palpado con sus manos la presencia corpórea del Redentor resucitado.

“Cuando ocurrió la muerte de Cristo, los apóstoles se sentían abatidos por el pesar. Al yacer muerto, las esperanzas de ellos morían también. Su intenso dolor, la historia de Tomás, la perplejidad moral de Pedro, la evidente preparación para un entierro permanente, todo se combina para mostrar la prevalencia del temor de que la redención de Israel había fracasado.

“A pesar de las repetidas aseveraciones de Cristo de que volvería a ellos después de la muerte, los apóstoles no parecieron comprenderlas plenamente. En la crucifixión se mostraron temerosos y desanimados. Durante dos años y medio ellos habían sido sostenidos e inspirados por la presencia de Cristo. Pero ahora se había ido. Quedaron solos y parecían estar confundidos, temerosos, incapacitados; solamente Juan permaneció al lado de la cruz.

“El mundo nunca podría ser sacudido por hombres con una mente tan tambaleante, dudosa y llena de desesperación como la que poseían los apóstoles en el día de la crucifixión.

“¿Qué fue lo que súbitamente cambió a estos discípulos en predicadores confiados, valientes y heróicos del evangelio de Jesucristo? Fue la revelación de que Cristo se había levantado de la tumba. Sus promesas habían sido cumplidas, su misión mesiánica también. En las palabras de un eminente escritor, ‘El sello final y absoluto de veracidad ha sido puesto sobre todos sus reclamos y la señal indeleble de una autoridad divina sobre todas sus enseñanzas. La obscuridad de la muerte había sido disipada por la luz gloriosa de la presencia de su Señor y Salvador resucitado y glorioso’.

“Sobre la evidencia de estos desprejuiciados e incrédulos testigos, la fe en la resurrección tiene su fundamento inexpugnable” (McKay, Treasures of Life, págs. 15-16).

Al leer el capítulo 28 ustedes considerarán el testimonio de los testigos de los días antiguos así como el de otros de nuestro tiempo.